"¿ENTONCES PARA QUÉ ME QUIERES?"
Queridos lectores, este autor se pregunta si alguna vez han experimentado la sensación de vacío y hueco existencial cuando se les es arrebatado aquello que ustedes pensaban era su estrella de Belén, su norte y su esqueleto. ¿Para qué soy si no soy esto? Es la pregunta que viene a mi cabeza y en la del personaje Colin Bridgerton en la serie y el libro que lleva el mismo nombre.
Sin coherencia histórica y música actual con violines y otros instrumentos de viento, la serie en su tercera temporada es sútil (a veces) con su critica al machismo y patriarcado en el siglo XIX y por supuesto en el presente. Lxs protagonistas de su ultima temporada son una joven escritora y un hombre increiblemente blanco y guapo, capaz de hacer y deshacer a su antojo.
En algún momento de la serie, nuestra protagonista (Penelope) se ve en un dilema muy complicado, cuya solución está dividia en dos caminos: Una solucuión monetaria o la confrontación social. Ambos caminos claramente mucho más fáciles de caminar si se es un hombre guapo y de familia acomodada como lo son los Bridgerton, linaje del que sale Colin, nuestro otro protagonista.
Empero, Penelope no lo necesita, ella tiene los medios materiales y emocionales para enfrentar el caos que se asoma en su vida, al tener la manera de caminar sola, despoja a Colin de su tarea primogénea y de su destino: Cuidar y procurae a las damas en apuros.
Colin entra en crisis, depende de la dependecia de Penelope, su sentido es que ella no tenga uno, celoso de su carrera como escritora busca hacerla menos generándole más problemas para que al fin acepte su ayuda y así poder recuperar su sentido. "¿Entonces para qué me quieres?" le grita el superhombre Europeo a nuestra protagonista cuando ella le dice que tiene el dinero suficiente para resolver lo que le aqueja.
Historias así se vivieron, se viven y se vivirán hasta que como hombres nos planteemos qué mentiras y supuesto el machismo nos ha suministrado como suero al enfermo y agua al sediento. Nuestra identidad está construida sobre arena si parafraseamos a Schopenhauer y tarde que temprano tendremos que deshacerla entre gemidos, así como lo hizo Colin Bridgerton.
Nuestras identidades deben tener varios pilares, no somos solo nuestros hobbies, somos más que un fenotipo, no somos nuestras tareas autoproclamadas y mucho menos las impuestas. Me gusta más pensar que la gente en los siglos pasados lo sabía pero que decidian ignorarlo arbitrariamente.
-Abraham R.
Comentarios
Publicar un comentario