PRIMERO REBELDE, LUEGO CONSCIENTE
Durante décadas, hemos vivido un modelo de masculinidad que ha perpetuado estereotipos dañinos, tanto para nosotros como para el entorno que nos rodea. Este modelo hegemónico ha dictado cómo debemos comportarnos, qué debemos sentirnos y, sobre todo, qué debemos ocultar. Hoy, los invito a acompañarnos a exploramos el liberador proceso de cuestionar lo que significa ser hombre, al menos desde mi perspectiva individual como estudiantes, poblanos y como miembro de un proyecto de educación popular.
Como yo lo entiendo, deconstruir la masculinidad implica desmontar las ideas aprendidas y las expectativas sociales sobre lo que es ser hombre por medio de un proceso introspectivo y colectivo que busca llegar a una comprensión auténtica y saludable de uno mismo. A pesar de lo que camaradas desinformados pregonan, la deconstrucción no se trata de rechazar la masculinidad, sino de reevaluar y redefinirla, permitiéndonos vivir de manera más plena y genuina.
Como individuos, especialmente en nuestro rol de estudiantes, nos enfrentamos a diferentes sistemas de opresión que nos obligan a cumplir con las expectativas académicas y sociales. Uno de ellos es esta masculinidad tradicionalista que, entre otras cosas, reprime la expresión de emociones como la tristeza o la vulnerabilidad; Dando como resultado problemas de salud física, mental, relaciones insatisfactorias y comportamientos agresivos. Y no para ahí, como poblanos, nuestra identidad está entrelazada con una herencia cultural y un contexto social particularmente conservador que pesa mucho en nuestra forma de percibir el mundo. Influenciados por las tradiciones y las expectativas de nuestra comunidad la deconstrucción de la masculinidad se puede volver una tarea dolorosa y solitaria al cuestionar.
Es por esto que, en el marco de nuestro compromiso con la educación popular, anti patriarcal y anti colonial, la deconstrucción de la masculinidad se convierte en una herramienta esencial para el cambio social, pues al cuestionar y apoyar a los demás camaradas a cuestionarse permite la creación de conciencia y de espacios seguros en los cuales resignificar el ser estudiantes y el aprender. Y a lo mejor, en algún momento, empezar a desmantelar las estructuras patriarcales y coloniales que han moldeado nuestras identidades.
– El Huachimingo poblano.
Qué bonito escribe el huachimingo y cuanta razón tieme :")
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