Jovenes LGBTQ+
A lo largo de mi experiencia como docente, he notado que algunos estudiantes que forman parte de la comunidad LGBT enfrentan un temor constante de revelar su verdadera identidad. Esto es especialmente difícil para aquellos que se identifican como hombres. La sociedad tiende a imponer expectativas muy rígidas sobre lo que significa ser hombre, como la atracción hacia características físicas específicas, y cualquier desviación de estas expectativas se considera como una disminución de su masculinidad.
Desde pequeños, a quienes se les asigna el género masculino al nacer se les imponen estereotipos que moldean sus comportamientos y deseos. Si muestran señales de no ajustarse a estos estándares —quizás en su forma de gesticular, en sus intereses, o en sus emociones— se les ridiculiza y se les hace sentir inadecuados. Aquellos que nacen con una asignación de género femenino y más tarde eligen vivir como hombres, enfrentan una presión social aún mayor. La sociedad parece obsesionada con reducir su identidad a cuestiones biológicas, invalidando sus vivencias y su autoidentificación.
En los primeros años de mi carrera, cuando no contaba con la experiencia necesaria para enfrentar estas situaciones de manera pública, optaba por brindar apoyo en privado, tratando de ofrecer un espacio seguro donde estos alumnos pudieran expresarse sin temor. Sin embargo, con el tiempo he ganado la confianza y el poder necesarios para defenderlos abiertamente. Recientemente, por primera vez, intervine en una situación en la que un alumno era objeto de burlas por su orientación sexual. Lo estaban deshumanizando, reduciendo su valía simplemente porque no encajaba en las normas tradicionales de masculinidad.
Hoy, estoy comprometido a no permanecer en silencio frente a estas injusticias. La pubertad es un período complejo, un momento en el que los jóvenes están explorando su identidad y sus preferencias, y es vital que tengan el apoyo necesario para hacerlo libremente, sin ser juzgados por los prejuicios sociales. Como educador, veo la importancia de ofrecer un entorno inclusivo donde cada alumno se sienta valorado por quien es, sin importar si su experiencia de la masculinidad se alinea con lo que otros consideran "normal". Cada uno de mis estudiantes merece descubrir su propio camino sin que se le menosprecie o se le imponga una identidad que no le pertenece.
A.T.O
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